Mi humilde petición

Sería de agradecer que cada cual deje sus comentarios en la entrada que crea oportuna...tanto los buenos como los no tan buenos. Así puedo hacerme una idea de cómo mejorar y en qué aspectos :)

miércoles, 18 de enero de 2012

Sin razones

No, no soy yo, no suelo ser así ni es esa mi forma de pensar. Pero no puedo evitarlo. Hoy no. Tengo ganas de pegarle a alguien, necesito desahogarme, y candidatos no me faltan.
Me siento tranquila, sin ganas de hacer nada…me siento normal y, sin embargo, no puedo evitar que miles de imágenes  invadan mi mente, imágenes grotescas de caras deformadas por puños de metal. No me invade la ira, no hay enfado en mi interior, ni siquiera sed de venganza ni nada que se le parezca. Sólo imágenes desagradables de las que soy partícipe…eso sí, con total tranquilidad, sin ira, sin rabia.
A ratos ni siquiera es el “quién”, sino el “qué”. Ganas de romper algo, destrozar cosas…cosas importantes, útiles y cuya pérdida pueda causar dolor. Pero sin rabia, sin enfado…sólo por romper algo.
A veces es ambas cosas: romper algo en alguien….o a alguien con algo, qué más da, el caso es causar daño. Dudo que pudiera hacerme sentir mejor (al fin y al cabo ni siquiera estoy mal), pero tiene que ser relajante sacar todo el estrés acumulado a lo bruto. Ahora estoy estresada… ¡hala, toma bestialidad!...ya no, ¿ves qué bien?
Pero no, no funciona así. Las palabras que nunca se dijeron quedarán sin decir, perdidas en un abismo de olvido, pues a veces se pasa el momento de decirlas, la oportunidad, el contexto. La rabia. Las lágrimas que no salieron quedaron secas en unos sentimientos que se tornaron yermos; tampoco se pueden recuperar ya. Cada enfado al que puse excusa quedó sin fuerzas, reprimido por ideas de absurda bondad y desquiciante perdón que tejieron sus lazos e hilos hasta extenuar cada resquicio de ira y convertirla en indiferencia.
Ahora todo quiere salir, recobrar su espíritu, apenas una sombra de lo que un día fue. No, no soy yo, yo no soy así y esa no es mi forma de pensar. Pero hoy no puedo evitar las ganas de pegarle a alguien, sin razón alguna, sólo por pegar.