Mi humilde petición

Sería de agradecer que cada cual deje sus comentarios en la entrada que crea oportuna...tanto los buenos como los no tan buenos. Así puedo hacerme una idea de cómo mejorar y en qué aspectos :)

martes, 5 de julio de 2011

Conclusiones

¿No os ha pasado nunca que vais caminando, con la mente perdida en conversaciones imaginarias o hipotéticas de las que sacas grandes conclusiones, y que al llegar a casa no recuerdas nada? A mí sí, prácticamente cada vez que paseo. Ayer fue una de esas veces, uno de esos fantásticos momentos en los que tu cabeza te plantea un problema y, hablando consigo misma, saca conclusiones impresionantes que probablemente tu parte consciente no habría llegado a vislumbrar nunca.
También fue una de esas puñeteras veces en las que al llegar a casa no recordaba ni la conclusión filosófica, ni cómo había llegado a ella para intentar sacarla otra vez. Es verdaderamente frustrante, pero….prefiero mil veces eso a no pensar. Si tengo que elegir, me quedo con todas mis conclusiones deducidas y olvidadas, a un paseo con la mente en blanco o pensando estupideces; me quedo con mis conversaciones hipotéticas que me ayudan a recapacitar sobre temas a los que normalmente no doy gran importancia; me quedo con la ventaja de poder descubrirme a mí misma, mi forma de pensar y de ver las cosas frente a como puedan verlas los demás. Me quedo con saber razonar y enlazar unos temas con otros mientras doy la espalda a sueños vacíos o rotos que no se van a cumplir o que ni siquiera quiero que se cumplan, los que sueño por soñar.
Por eso me gusta pasear, por eso prefiero caminar a coger el autobús, por muy lejos que me pille mi destino.
¿Y mis conclusiones? Quedan reclutadas en una caja de recuerdos olvidados, a la espera de que un comentario, un gesto o simplemente una chispa enciendan la mecha que las vuelva a iluminar, que las traiga de vuelta a la mente que una vez las dedujo.
Yo, en mi eterna ignorancia, las dejo vagar por los confines de mi memoria, deseando que algo las traiga de vuelta, pero sin hacer nada porque vuelvan. Sólo espero que algún día sepan encontrar el camino que las conduzca a una hoja de papel, atravesando los senderos que les marquen mis dedos.