Por un beso robado
ya no puedo ni soñar,
pues el despertar es amargo
y no quiero sufrir más.
Lo que para mi fue un regalo,
para ti fue algo que lamentar
pues, aunque lo he intentado
no consigo llegarte a amar.
Triste son los días,
las horas pasan sin piedad
y mis ojos gritan lágrimas
de amarga sinceridad
que te hieren por dentro,
que me relegan a la soledad.
En blanco y negro ves tu alma,
de mil colores la veo yo,
colores que bailan y danzan
y alegran a este pobre corazón,
colores que juegan y saltan
y me llenan de estupor...
mas este cuerpo está vacío,
sólo hueso, carne y nada,
y un interior que está podrido...
soy un cuerpo que no tiene alma.
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