Cae en picado mi mundo,
vorágine descontrolada;
se unen mil en uno
y acaba siendo nada.
Todo ocurre en un segundo:
era feliz bailando con hadas
y, ahora, prisionera en otro mundo,
me siento sola y abandonada,
y se pierden sentimientos moribundos
junto a vacías palabras susurradas...
Creí mentiras gritadas al viento,
palabras que no significan nada.
Roto queda un sentimiento,
esquirlas de lágrimas heladas,
y mi corazón es ahora cemento
y mi alama quedará sellada...
Con esto acabará este cuento,
con grises palabras amargas
que se hunden en mi cuerpo,
que lo abren, lo desgarran.
Y aunque tienes lo que yo no encuentro
no te envidia mi alma:
tú lo tienes para perderlo,
y yo no pierdo nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario