Mi humilde petición

Sería de agradecer que cada cual deje sus comentarios en la entrada que crea oportuna...tanto los buenos como los no tan buenos. Así puedo hacerme una idea de cómo mejorar y en qué aspectos :)

domingo, 21 de noviembre de 2010

Y no lo puedo evitar

Hace ya tiempo que he de obligarme a mantener la mente ocupada...haciendo algo, haciendo nada...da igual, sólo ocupada.
Descubrí que es preciso que no piense, al menos si estoy sola durante largos periodos de tiempo (cuéntese como tal apenas unos minutos...y es que, cuando una está sola, el tiempo va despacio, muy despacio, y da tiempo para pensar mucho).
Descubrí que no debo dejar que mi mente flote, no sin alguien que me mantenga unida a la tierra pues, si me elevo muy alto, acabo por darme un batacazo contra el suelo.
Aprendí, a base de caídas, que, aunque es más fácil vivir arriba, siempre hay algo que tira de ti y, al final, te derriba.
Y ahora sé que no debo dejar que mi mente piense por sí sola, sin ponerle límites, pues cuando quiero darme cuenta, no hago más que darle vueltas a una vorágine sin fin.
Y cuando la soledad es mi única compañera, mi mente piensa y desespera, pues inventa cosas que, en principio, no han ni de existir.
Y me da miedo.
Tengo miedo, porque tiene lógica lo que mi mente piensa.
Tengo miedo, porque no sé si me engaña la lógica, o la inocencia.
No sé qué es lo que mi mente manipula, lo que vuelve del revés...o si es sólo cosa suya, o la soledad tiene que ver.
Me envuelvo en un tornado de frío y de fuego, y dejo que mis pensamientos me atormenten cual cuchillas desgarrándome la piel...mas no sé cómo pararlo, y siento vértigo al verme en lo más alto, y no saber cómo descender.
Y siento miedo de quemarme si miro a lo que veo, a lo que no quiero ver, y le intento dar la espalda mas no puedo, pues tira de mi, y me obliga a creer.
Y no quiero creerlo, y me aferro a que no es verdad...y es entonces cuando me siento sola, y me entran ganas de llorar.
Y creo que todo es obra de la puta soledad que, por mucho que la evado, me quiere acompañar...y como no la quiero tener cerca, me hace sentir mal: manipula mis sentidos, mi capacidad para pensar...y me hace imaginar cosas que hacen daño y que cuestan de curar.
Y he aprendido que, cuando ella me acompaña, no la he de escuchar, pues es sólo su juego, y yo no quiero jugar.
Y siento que esos pensamientos me destrozan por dentro, me amedrentan, se alimentan de mi y se niegan a abandonar mi cuerpo...cual parásitos...y no he de hacerles caso si quiero que mi mente y mi cuerpo sigan siendo míos...
Y no he de hacerles caso, pues embotan los sentidos, te hacen desgraciada, y no se van...
Y no he de hacerles caso, porque caigo en un abismo y, al caer, sólo veo miedo y oscuridad...y nada más.
Y dejo de ser yo misma, y soy otro animal, uno lleno de odio, de rencor, de miedo...que no saber reír, sólo llorar...
Y no lo puedo evitar...

1 comentario:

  1. que desgarrador....que sumamente triste....te hace pensar si realmente lo que pasa a nuestro alrededor puede ser vigilia o no....
    que duro!!

    ResponderEliminar